Un espacio para abrazar la complejidad de la cuestión balear.
Conscientes de la inexistencia de una única identidad balear, queremos abandonar la idea de integrar identidades y avanzar ninguna nuevas visiones compartidas, arraigadas a una identidad territorial múltiple y en clave descentralizada.
El mandato está claro: entre todas tenemos que superar el mallorca centrismo i el palmacentrismo para así contribuir a la accesibilidad de la población general a los espacios de disputa política y habilitadores de cambio ecosocial, transformando y visibilizando el privilegio y diluyendo la tensión centro-periferia.
Nos imaginamos, por lo tanto, este apartado como un volcado de hilos, argumentos y elementos narrativos que esperamos que den pie a conversaciones en los espacios presenciales, más que un posicionamiento que nos defina.
La cuestión insular y los inicios de La Utópica
En todo proceso, es importante quién —y desde donde— se hace la “primera pregunta”.
Empezando por el principio, en clave geográfica, La Utópica es un proyecto formulado en 2021 por personal técnico de Medicusmundi Meditarrània residente a la Parte Foránea de Mallorca, en colaboración con multitud de agentes sociales de Mallorca, Menorca e ibiza.
El proceso, concebido como un impulso de recursos a 4 años vista — que sueña con la autogestión y la plena independencia institucional— responde a la articulación de los resultados de varios procesos de indagación colectiva celebrados en la isla de Mallorca, como el Foro Social de Mallorca, encuentros de la CONGDIB, La Vida Al Centre o el Moviment Ecosocial Mallorquí (MEM), etc.: cohesionar al tejido ecosocial, mejorar su organización interna, promover la acción colectiva y facilitar la participación social.
En estos ejercicios alrededor de cómo organizarnos, cuidarnos y articular frentes comunes frente a las embestidas de destrucción de la cohesión social y ecológica, las voces de las compañeras de Menorca, Ibiza y Formentera no fueron consultadas o integradas, si bien, muchas de las propuestas que se formularon desde estos espacios sí que se hacían en clave territorial o balear. Este hecho reproducía, en parte, las dinámicas que invisibilizan y no acogen las problemáticas específicas de las “islas menores” y, con esto, tampoco recogían las oportunidades, estrategias y fortalezas que en sus ecosistemas coexisten.
Sin querer profundizar en las causas, entendemos que algunos motivos posibles como la precarización de la vida, la falta de tiempo, recursos y creatividad, la cuestión instrumental y la priorización de los encuentros presenciales, la falta de experiencia en el trabajo —real— en red, etc., no ayudan ni ayudaron entonces a generar espacios donde tejer complicidades entre islas.
Así, tierando de lo más próximo, la composición del primer Círculo de Coordinación de La Utópica fue íntegramente mallorquina, aunque con una mirada deliberadamente integrativa y sistémica al ámbito territorial. Después de viajes, presentaciones y conversaciones, hoy se está formando un Círculo de Coordinación en Ibiza y se mantiene un contacto y una colaboración constante con Menorca.
El reto bioregional y de descentralización
Tiene sentido imaginarnos como una bioregió, en tanto que nos atraviesan opresiones similares, en clave de inspirar estrategias de acción colectiva?
Tiene su lógica pensar que ante una ausencia de sentimiento de pertenencia “balear”, el hecho de querer generar una red territorial de convergencia del activismo ecosocial podría no tener sentido.
Muchas son las compañeras que nos han interpelado desde aquí desde el inicio del proyecto, haciéndose cada vez más necesario para nosotros dar —i darnos— una respuesta frente a esta cuestión en clave pública, señalando un debate vivo y necesario.
Indagando en las diferentes oportunidades de marcos relacionales, la mayoría de nosotros nos sentimos cómodas al percibirnos dentro de la misma bioregión, puesto que entendemos que el concepto es útil para contemplar las interrelaciones entre el territorio y la sociedad como procesos históricos de adaptación y transformación, desde la definición de Paulo R. Guimarães:
La bioregión es aquel territorio que conforma un espacio con características naturales, geográficas e históricas comunes, y que potencia sus valores identitarios. Son una experiencia social y natural, y son conciencia que surge de relacionarse a través del tiempo con el terreno y el paisaje en particular.
En cuanto que mucha de la conciencia humana es atraída hacia un mundo global cada vez más abstracto, entendemos que la visión bioregional busca enmendar la tela destrozada de la vida, esto es, volver a tejer la red de las relaciones entre la gente y la tierra que habita.
Así, también asumimos que nuestra experiencia como habitantes de las Islas Baleares tiene, además de una historia que comparte hitos con gran agencia de transformación ecológica y social, también tiene elementos comunes hacia nuestro futuro. Esto es, una experiencia ecosocial similar con dolores y retos, que puede desplegar capacidades, estrategias y maneras de accionar comunes ya no desde las diferentes islas, sino desde todas las periferias existentes en el territorio.
La proposta és, per tant, pensar-nos com una xarxa bioregional amb identitats, velocitats i ritmes múltiples, que dedica recursos i temps en clau de cohesió social entre els grups d’activistes de les 4 illes i la població general per a veure, entre totes, com podem accionar i cuidar-nos millor.
De momento, entre todas, podemos alimentar esta identidad múltiple y nutrirnos para ser más, mejor conectadas, más fuertes y mejor cuidadas.
Quieres hacernos llegar el que piensas?
Sabemos que este tema puede remover mucho, sobre todo a las compañeras que habitan o habitamos en las periferias. Por eso, nos encantaría que nos hicieras llegar cualquier reflexión que creas de valor para continuar avanzando en la cohesión entre islas.